El zinc: alimentación y sistema inmune

Los huevos son una fuente destacada de zinc y proteínas, esenciales para fortalecer el sistema inmunitario y mantener la salud.

ZINC Y SISTEMA INMUNE

El zinc es un elemento químico esencial para el ser humano, interviniendo en el funcionamiento de muchas enzimas, en el metabolismo de las proteínas y colaborando en el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Es necesario para la cicatrización de las heridas, en la síntesis del ADN e interviene en las percepciones del gusto y el olfato.

En cuanto a su papel antioxidante, numerosos estudios demuestran la acción benéfica del zinc sobre la inmunidad en general. Además, existe una gran cantidad de evidencia acumulada en los últimos 50 años que confirma su actividad antivírica.

La concentración de zinc en el cuerpo se determina principalmente por su aporte alimentario, pero su biodisponibilidad también depende de numerosos factores alimentarios. Según cada caso, estos factores pueden influir negativamente en su absorción y almacenamiento o aumentar su excreción. Asimismo, la concentración de zinc, cuyo consumo se incrementa al luchar contra las infecciones, disminuye rápidamente con la aparición de trastornos.

Personas en riesgo de deficiencia de zinc

Entre las personas más propensas a sufrir una deficiencia de zinc se encuentran:

  • Vegetarianos y veganos

  • Mujeres embarazadas

  • Atletas de resistencia

  • Alcohólicos

  • Personas con enfermedades gastrointestinales, diabetes, hipertensión o inmunosupresión

  • Personas que consumen suplementos de hierro en exceso

  • Ancianos

Alimentos ricos en zinc

El zinc se encuentra en diversos alimentos, especialmente en aquellos ricos en proteínas, como carnes, mariscos, pescados, huevos y lácteos.

En menor cantidad, está presente en productos de origen vegetal como las semillas (destacando las de calabaza), los frutos secos (en especial cacahuetes y almendras), los cereales integrales, los garbanzos y el cacao.

Estos y otros alimentos vegetales son una buena fuente de zinc, pero su absorción puede ser limitada por el contenido de ácido fítico, un inhibidor natural presente en cereales integrales, semillas y vegetales. Por el contrario, la levadura reduce este ácido y mejora la biodisponibilidad del zinc, por lo que son recomendables los panes integrales con levadura, la levadura de cerveza y la levadura nutricional inactiva (aunque normalmente contiene zinc en cantidad inferior a la de cerveza).

El papel de la vitamina C

Estudios han demostrado que 0,05 g de vitamina C puede contrarrestar los efectos inhibidores del ácido fítico en comidas que contienen más de 0,1 g de este compuesto. Esta cantidad de vitamina C es significativamente menor a la dosis diaria recomendada (alrededor de 75-90 mg para adultos), lo que muestra lo fácil que resulta incorporar este nutriente para mejorar la absorción de zinc.

Para las personas que no consumen productos de origen animal, estudios han demostrado que los niveles de absorción del zinc en personas adultas vegetarianas y veganas parecen ser mayores en comparación a los de los omnívoros, dejando intuir que a lo largo del tiempo se produce una adaptación a la dieta vegetariana por parte del organismo, dando como resultado una mejor utilización de este elemento.

En cambio parece cierto que los niveles de absorción de zinc van bajando con la edad, independientemente de la cantidad que se consume, por lo tanto podría ser recomendable suplementarse al hacerse mayores.

El zinc es un mineral clave para la salud humana, necesario en diversas funciones esenciales del cuerpo. Sin embargo, factores como la dieta, la edad y ciertas condiciones de salud pueden influir en su absorción y disponibilidad, aumentando el riesgo de deficiencia.
Si tienes dudas sobre tu ingesta de zinc o crees que podrías beneficiarte de un enfoque personalizado para mejorar tu alimentación, no dudes en contactarme. Juntos podemos valorar tus necesidades y encontrar las mejores soluciones para optimizar tu bienestar.

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