Walnut, la flor del cambio
La percepción es un fenómeno cultural. Nuestro lenguaje ya clasifica y organiza categorías de la percepción, creando una especie de filtro cultural a través del cual vemos las cosas.
En esta percepción, por así decir normalizada, se abren todavía unas brechas, ventanas que no obstante no estamos acostumbrados a ver y que empiezan a percibirse sólo cuando conseguimos tomar distancia de las categorías perceptivas preconstituidas por la cultura.
Mechthild Scheffer
Walnut (nogal) es uno de los remedios más cardinales y polivalentes del sistema floral creado por el Dr. Bach. Pertenece, cronológicamente, al último grupo de 19 esencias elaboradas por el medico inglés, que él definió como las más espiritualizadas y clasificó como el grupo de esencias que representan la forma en que reaccionamos frente a la vida y sus acontecimientos.
El nogal, cuyos frutos se recogen en otoño y nos acompañan durante los meses más fríos y oscuros del año, tiene un simbolismo interesante, presente en los mitos y tradiciones de muchos y distintos países y culturas, a menudo relacionado con la vida y la muerte. Su apariencia puede resultar tal vez algo oscura e inquietante, se considera planta de los muertos en diferentes culturas y se encuentra en los cementerios, pero en otras tradiciones -como la cristiana- se relaciona con el nacimiento y, por ejemplo, en el norte de Europa era costumbre plantar una nuez para celebrar la llegada de un bebé.
Su doble faceta de planta por un lado conectada con el pasado y la muerte, pero al mismo tiempo con el nuevo inicio y la capacidad de romper con lo viejo, hace que el nogal y sus frutos a menudo se hayan convertido también en símbolos de fertilidad y potencia regeneradora, tanto a nivel físico como mental.
Las mismas características de progresión y tensión hacia el futuro lo han hecho emblemático de las fases de transición importantes y en los así llamados ritos de paso de varias culturas, allá cuando se produce un cambio significativo en la persona ya sea intimo o social: nacimiento, pubertad, casamiento, enfermedad grave o muerte.
El fruto del nogal, la nuez, con su semilla dulce protegida por una cáscara dura, amarga y difícil de abrir, simboliza bien ciertos momentos en la vida, cuando hay que enfrentarse a nuestra propia vulnerabilidad e inseguridades y, habitualmente, pasar por resistencias y experiencias dolorosas para finalmente hacer el cambio.
Toda esta tradición simbólica confluye de alguna manera en el remedio que el Dr. Bach llamaba “spellbreaker”, rompehechizos, por su capacidad de empujar hacia el cambio y ayudar a la persona a superar y deshacerse de los conceptos mentales o de las situaciones concretas que puedan estar dificultando su propio proceso de aprendizaje. En este sentido, hay que ver Walnut como un remedio muy evolutivo, que nos ayuda en todos los procesos que necesitan de una transformación para avanzar y seguir con nuestro camino.
Siguiendo con el tema de los símbolos y las analogías, resulta interesante la semejanza de formas entre el fruto del nogal y el cerebro. De hecho, comer nueces es muy recomendable por su riqueza en ácidos grasos esenciales, fosfolípidos y vitaminas, sobre todo B6 y E, todas ellas sustancias muy indicadas para cuidar la salud cerebral. En la misma línea, el remedio floral Walnut resulta también particularmente efectivo a nivel mental y está indicado cuando la mente, en los momentos de cambio, empieza a dudar, confundirse o mostrar excesiva sensibilidad hacia el exterior, resistiéndose a seguir adelante para enfrentarse a la siguiente tapa evolutiva que nos está esperando.
Walnut desengancha y devuelve firmeza interior, asociándose a las cualidades espirituales de la fluidez y del nuevo inicio.
Son infinitas las situaciones en las que uno se puede beneficiar de esta esencia tan inspiradora, así como múltiples y variados son los pequeños y grandes cambios que ocurren en la vida: desde el nacimiento hasta la senilidad, pasando por la dentición, la pubertad y la menopausia; durante el embarazo y la lactancia, al inicio de cada proceso terapéutico y en las enfermedades importantes, en las mudanzas y los cambios de trabajo, en la vuelta al colegio y en cualquier momento en el cual sentimos que nos cuesta dar el paso hacia nuestros objetivos o adaptarnos a los que nos está enseñando la vida.
En la consulta de naturopatía, Walnut y los otros remedios florales del Dr. Edward Bach pueden constituir la única herramienta o integrarse armónicamente con cualquier otra opción terapéutica, siendo su acción especialmente interesante y enriquecedora en acompañamiento a las sesiones de biodinámica craneosacral.
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Bibliografía:
Edward Bach, Los remedios florales: escritos y conferencias (Editorial Edaf,1993)
Scheffer Mechthild y Wolf-Dieter Storl, Flores que curan el alma (Editorial Urano, 1994)
Ricardo Orozco, Flores de Bach: 38 descripciones dinámicas (Editorial El Grano de Mostaza, 2010)
¡Que sean un buen viaje y una fructífera exploración!